Ristorante Il Pomodoro

De camino al aeropuerto Rafael Hernández en Aguadilla, siempre veía los rótulos de un restaurante Italiano.  Advierto que tengo una fascinación con la comida Italiana.  Cada vez que le pasaba por el lado, aumentaba mi curiosidad y deseo de probarlo.  Así que escogí un sábado y fuimos a visitar a Ristorante Il Pomodoro .

La entrada era bonito y al entrar al restaurante, ví que habían varias secciones, como los cuartos de una casa.  Era un buen ambiente, elegante, con aire condicionado y buena música. Lo que lamenté al ver el menú es que no era tan variado como esperaba: no tenían pizzas, ni calzones. Sin embargo, tenían unos platos y aperitivos que llamaban mi atención. Pedí bruschetta para empezar. Ahora, la bruschetta había llegado a ser el objeto de mi obsesión por un tiempo, lo había hecho muchísimas veces y quería ver como lo hacía un profesional. Estoy acostumbrada a comer tomates picados y fríos con cebolla, ajo, aceite de oliva, sal y pimienta sobre un pedazo de pan (Italiano o Criollo) tostado. Sin embargo, nos sirvieron un plato de pedazos de pan criollo con salsa de tomate y queso mozarella derretido por encima. Se puede ver en la foto, aunque la cámara no era muy buena (traía una mejor pero se quedó sin batería).  Aunque estaba un poco desilusionada con la bruschetta, admito que tenían un buen sabor. La salsa no era muy pesada lo cual evitó que el pan se deshiciera, que esto para mi es muy importante. Cuando veo que el pan se desintegre por culpa de algún líquido, para mí, esto daña toda la textura y sabor de la misma.

 

Luego de la bruschetta, pedí lasaña de carne. Este plato no me falló.  Me agradó la presentación, en ese plato hondo en forma de barco, inundado de salsa pomodoro y mozzarella. La pasta estaba al dente, bien cocido, sin estar demasiada suave. La carne estaba sazonada adecuadamente. Y aunque no soy amante de la carne, la comí toda y esa lasaña traía bastante carne. La salsa estaba exquisíta, el sabor no era muy fuerte, como suelen ser las salsas que se compran en las tiendas que vienen cargadas de jarabe de maíz alto en fructosa. Era un sabor delicado, pero excelente y muy agradable. Lo único que faltó eran los otros quesos que espero en una lasaña: ricotta y parmesana, para acompañar a la mozzarella.

También probé la pasta alfredo con pechuga de pollo. Me interesaba conocer el sabor de la salsa alfredo que allí ofrecían,  porque las que he probado tienden a ser demasiadas espesas y no tienen mucho sabor.  Es como si al probarlos, siempre tengo la impresión de que le falta algún ingrediente para darle vida.  Sin embargo, al probar la salsa alfredo en ese plato, quedé impresionada.  Creo que es el sabor que debe tener esa salsa y la consistencia también,  al no ser demasiada espesa, pero cremoso de modo que cubre los otros ingredientes en el plato.  Estos otros ingredientes en el plato, quienes tampoco fallaron en cumplir con mis expectativas, eran la pechuga de pollo y la pasta fettucini (si no me equivoco).  La pechuga de pollo levemente crujiente me mostró que estaba bien cocido y eso para mí es bien escencial.  Además, el fettucini estaba al dente, firme, sin estar muy suave, ni estaba crudo.   Y la porción servida era bastante abundante.

Satisfecha, pero lamentando que ya se había terminado la comida, pedí el postre: Tiramisú.  Primeramente, el precio era razonable y la porción era adecuada.  Me agradó el hecho de que no tenía demasiado cacao en polvo, porque tiende a tener un sabor amargo.  Sólo tenía un poquito de cacao en polvo espolvoreado por encima, para mi esto era ideal.  Lo que me encanta del postre es el factor de cremosidad que tiene gracias al queso mascarpone.  El postre no es muy dulce, esto me gustó porque no soy fanática de los postres excesivamente dulces.  Tenía una buena textura, una presentación linda, una buena consistencia y un sabor excelente.  (Ya en la foto había empezado a comer el postre, por eso la presentación no parece tan nítida.)

Terminado el postre, pedimos la cuenta a nuestra amable mesera. En fin, diría que me encantaría volver allá y probar los otros platos y aperitivos que no llegué a probar esa vez.  El servicio, los precios, el ambiente y sobre todo la comida resultó de mi agrado.

 

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