Esta mañana recibo la triste noticia de un gran amigo que ha tenido que llegar a la triste decisión de cerrar su restaurante. Lo comprendo porque se lo difícil que es bregar con el puertorriqueño sobre todo porque no apoyamos lo nuestro. Solo nos motiva la pasión momentánea, como el que se convierte en independentista solo cuando bebe. De que valen premios y reconocimientos si el pueblo no sabe apreciar las cosas que tiene.
En vez de buscar comer saludable siguen dominados por el pensamiento de un mismo menú que no ha progresado en nada, ademas de que cada día se reduce al dejar de hacer los platos tradicionales usando productos locales. Las fusiones y modernísmos en la cocina han opacado el papel central de un menú cultural que nos identifica como pueblo. No es estar en contra de la vanguardia en la cocina, ni otros estilos de cocina, sino aplicar todo a los ingredientes que podemos obtener en nuestro país. Para así desarrollar platos que nos reconozcan mundial mente como Boricuas o Puertorriqueños.
Estos Chefs que por una o otra razón han tenido que abandonar la Isla, ya que su cocina no es apoyada por el pueblo son los responsables de ponernos en la mirilla internacional culinaria. Su trabajo es el de diseñar platos que nos identifiquen culturalmente, a la vez que nos ayuden a tener una mejor salud. Soy bien creyente de que somos lo que comemos. Y si nos seguimos alimentando como lo estamos haciendo, el mercado de la salud abra ganado y todos estaremos enfermos.
Es increíble como el pueblo prefiere comerse una comida procesada y comercializada de cadenas de restaurantes, mientras hay restaurantes locales con profesionales que le brindan hasta por menor precio una comida saludable, hecha en el momento con los ingredientes frescos y de la mejor calidad. Esta decisión del pueblo es la que ha matado poco a poco a nuestra industria gastronómica, restaurantes abren y cierran constantemente, esperando por la oportunidad de como se dice en la calle “Dar un palo” con alguna de sus propuestas.
La mayoría del pueblo al ir a un restaurante buscan:
• Que le sirvan mucha comida
Generalmente cuando se diseña un plato ya se toma en consideración la porción y si es poca, es porque va acompañada de otros cursos. Como te llenan la vista en algunos sitios no medidos? Por los carbohidratos, arroz, majados o frituras y si es la proteína, las carnes te las sirven con salsas altas en grasa, aceites o manteca que te llenaran. A propósito ese es el secreto de los buffets.
• Quiere que les salga barato
Como único te puede salir barata la comida en un restaurante es que la compre de bien baja calidad o que las porciones de calidad sean pequeñas, lo cual seria lo ideal, pero recuerden el punto anterior.
• Quiere que tenga sabor
Cuando busques un restaurante trata saber de quien es y quien esta al mando de esa cocina. Si es un chef con experiencia no tendrás problemas porque se supone que cocine teniendo en cuenta todas las medidas de seguridad de alimentos, procedimientos y métodos para elaborar un plato con ingredientes frescos, sin el uso de aditivos, colorantes ni sazonadores procesados. En cambio si no hay un chef o un profesional experimentado, te expones a que en la comida se utilicen sazonadores que contienen MSG, colorantes y químicos que son los que alteran la comida y poco a poco van causándole enfermedades al pueblo.
Tenemos que empezar a preguntarnos:
• De donde viene mi comida
• Quien esta preparando mi comida
• Que ingredientes utilizan para hacer mi comida
Estoy seguro que si vas a un restaurante donde la cocina la maneja un chef, puedes preguntarle en confianza estas tres preguntas, las cuales te darán una seguridad de que lo que te estas comiendo es saludable y esta preparado por un profesional cualificado.
Este pueblo tiene mucho que aprender sobre alimentación, salud y nutrición. Lamentablemente los artistas y profesionales que están encargados a marcar las pautas de nuestra alimentación, se ven amenazados por la falta de apreciación de un pueblo que se alimenta de frituras, comidas procesadas y cocinas de baja calidad que utilizan aditivos para engañar al pueblo y envenenarlo.
Las escuelas no están haciendo su trabajo en crear profesionales capacitados para emprender una carrera saliendo de la graduación. Estos estudiantes están llegando a las cocinas a hacer sus practicas y ni tan si quiera saben mondar una papa o cortar una cebolla. Se que el negocio esta en cogerle sus chavos de becas y pasarlos, ¡Allá el pueblo y la calle que le enseñen de verdad!.
Aquí no hay trabajo para esos muchachos y de los pocos que hay, los chefs no se quieren arriesgar a que les dañen sus productos que son parte del inventario para la semana. “Que me den los chavos de la beca a mi y yo les enseño”, me dijo un compañero chef los otros días. El éxodo hacia los estados unidos es su única solución, lamentable si no cambiamos nuestro pensar y nos ponemos a ayudar y enderezar esta industria que es la base de nuestra alimentación y sustento para toda la vida.